Paso a paso
Hijo de una familia de ascendencia alemana,
inclinado al vuelo desde niño, boy scout modelo, becado por la Marina
norteamericana, piloto durante la guerra de Corea, téster de prototipos y
proyectos especiales de alta velocidad, sobreviviente de dos accidentes
aéreos, Neil Armstrong entró a la Historia a las 2:56:20 del 21 de
julio de 1969, cuando salió del módulo lunar del Apolo 11, que
comandaba, y se convirtió en el primer ser humano conocido en pisar la
Luna. De paso pronunció una de las frases más recordadas del siglo.
Después de eso, su vida discurrió con una discreción rayana en la
invisibilidad. Sin embargo, su muerte, a los 82 años, deja algunos
rumores y leyendas que vale la pena recordar.
Neil Armstrong (Wapakoneta, Ohio, 1930 - Columbus, Ohio, 2012) Astronauta estadounidense que fue el primer hombre que pisó la Luna. Tras graduarse en la especialidad de ingeniería aeronáutica por la Universidad de Purdue, fue piloto de la Marina de Estados Unidos entre 1949 y 1952, período durante el cual participó en la guerra de Corea. Ingresó en el National Advisory Committee for Aeronautics (NACA), que en 1958 se convertiría en la Agencia Estadounidense del Espacio (NASA), donde llegó a ser uno de sus pilotos de pruebas más destacados. En el marco de sus actividades en el Lewis Research Center y en la Sección de Desarrollo de Aparatos Voladores de la NASA, en la base de las Fuerzas Aéreas estadounidenses en Edwards (California), fue uno de los pilotos designados para efectuar los vuelos de pruebas del avión cohete estadounidense X-15 (un total de 17 misiones), a bordo del cual alcanzaría altitudes de hasta 30.000 m y velocidades próximas a los 6.000 km/h. Durante esta época pilotó también bombarderos de largo alcance del tipo B-52. En 1962 ingresó en el cuerpo de astronautas de la NASA y se especializó en la mejora de los métodos de entrenamiento y el desarrollo de los simuladores de vuelo. Cuatro años más tarde (1966) dirigió como comandante la operación Gemini 8 (marzo de 1966), una misión espacial en la que, acompañado por el comandante David Scott, llevó a cabo una maniobra de acoplamiento en el espacio, la primera de este género (16 de marzo). La misión fracasó al perderse el control del conjunto, si bien los astronautas pudieron separar la cápsula espacial y regresar a la Tierra, donde hubieron de realizar un amaraje forzoso. Tres años más tarde (1969), entre los días 16 y 24 de julio, fue el comandante de la histórica misión Apolo 11 y protagonizó el primer alunizaje del ser humano sobre la superficie de nuestro satélite. Para esta gesta se utilizó un cohete Saturno V, el mayor ingenio de este tipo construido, con una altura superior a los 85 m y un diámetro máximo de 13 m, capaz de desarrollar una potencia de 35.000 kN, que transportaba el conjunto integrado por el módulo de mando y servicio, llamado Columbia, y el módulo de alunizaje, bautizado con el nombre de Eagle. La tripulación estaba compuesta, además, por el teniente coronel Michael Collins, piloto del módulo de mando, y el coronel Edwin Aldrin, encargado de pilotar el módulo lunar. Armstrong fue el primero en poner pie en la superficie lunar, el 21 de julio, y permaneció 2 horas y 14 minutos fuera del módulo de alunizaje Eagle. El alunizaje había tenido lugar el día antes (20 de julio) en la región lunar conocida como Mar de la Tranquilidad; el 21 de julio, Aldrin siguió a su comandante 15 minutos después de que éste saliera del módulo lunar. Además de desplegar la bandera de Estados Unidos y de instalar diversos aparatos científicos, recogieron aproximadamente 22 kg de rocas lunares para su posterior estudio en la Tierra. A su regreso, Armstrong fue nombrado responsable de las actividades aeronáuticas de la NASA, organización que abandonó en 1971 para incorporarse a la actividad docente como catedrático en la Universidad de Cincinnati. En 1979 pasó a formar parte de la junta de la Cardwell International Ltd., empresa proveedora de equipamiento para refinerías. |
LO QUE PUDO HABER DICHO
En el verano de 1969, la revista norteamericana Esquire le preguntó a un abanico de personalidades y escritores –de Ayn Rand a Muhammad Ali, pasando por Kurt Vonnegut, Isaac Asimov, Truman Capote y Vladimir Nabokov–- qué sugerirían como primeras palabras para pronunciar al pisar la Luna. Acá, algunas de esas respuestas como homenaje al hombre que los superó a todos.
“Que me traiga un retador, porque ya he derrotado a todos acá en la Tierra.”
Muhammad Ali
“Le diría a la Tierra: ‘Desde aquí eres una bola hermosa y pacífica, y sólo deseo que todos pudieran verlo con esa perspectiva y unidad’.”
Leonard “Dr. Spock” Nimoy
“¿Era éste el rostro que lanzaría mil naves?”
Kurt Vonnegut
“¡Lo que el hombre ha hecho!”
Ayn Rand
“Uno querría que un bulto en la garganta del astronauta obstruyera la ocurrencia.”
Vladimir Nabokov
“La realidad se ha chocado con el mito. / La Humanidad se puede mover para lograr lo imposible / porque cuando has logrado un imposible, los demás / se juntan para estar con su hermano, el primer imposible / tomado del borde del mito. / Que cumplas una Feliz Era Espacial.”
Sun Ra
“Si yo fuera el primer astronauta en la Luna, mi primer comentario sería: ‘Hasta acá llegamos’.”
Truman Capote
“Ojalá estuvieras aquí.”
R. Buckminster Fuller, ingeniero e inventor, pionero del activismo ambiental
“1. Bueno, al menos no terminé en La Habana.
2. Dios mío, ¡smog!
3. Increíble, ¡está hecha de queso!”
Bob Hope
“Me gustaría no oír nada; lo más probable es que yo no esté escuchando. Estoy más interesado en lo que Joe Namath o George Sauer tienen para decir sobre lo que sea, y espero que el alunizaje no ocurra durante un partido de fútbol de los Jet e interrumpa la transmisión. De los comentarios recientes que he leído, uno de mis favoritos pertenece de hecho a George Sauer. Estaba hablando sobre un jugador de Baltimore con un corte cepillo, y dijo: ‘Debería dejarse crecer el pelo, se ve gracioso de esa manera’. Dudo que nada de lo que se diga acerca del alunizaje vaya a tener más sentido que eso.”
Joseph Heller
“Vamos a tener que pavimentar la maldita cosa.”
John Kenneth Galbrait
“‘Goddard, ¡hemos llegado!’ Sería un saludo a Robert Hutchings Goddard, que fue el padre de todo esto. En 1926, él disparó el primer cohete de combustible líquido. Antes de eso, en 1919, escribió un folleto sobre cohetería titulado Un método para alcanzar altitudes extremas. El fue el primer norteamericano que especuló en publicaciones científicas sobre vuelos de cohetes. Nunca obtuvo ningún tipo de reconocimiento por esto. De hecho tuvo que dejar Massachusetts porque sus experimentos con cohetes eran considerados peligrosos. Pero buena parte del equipamiento que tenemos hoy fue patentado originalmente por Goddard. Murió el 10 de agosto de 1945, nadie lo recordó. Después de la guerra, cuando les estábamos haciendo preguntas a los científicos alemanes que construyeron el V-2, ellos respondieron: ‘¿Por qué nos preguntan a nosotros? ¡Pregúntenle a Goddard!’. Así que tiendo a ser sentimental en lo que respecta a este asunto. Me gustaría que nuestros astronautas dijeran: ‘¡Goddard, hemos llegado!’”
Isaac Asimov
“Nosotros, los emperadores romanos del espacio, hemos aquí probado que el cielo no existe y que el único dios es la conciencia misma.”
Lawrence Ferlinghetti
“1. La CIA realmente la cagó de nuevo. ¿Cómo es que todos estos chicos pelilargos, descalzos y de ojos sonrientes llegan aquí arriba antes que nosotros?
2. Eldridge Cleaver, estás bajo arresto por traspasar una reserva militar.”
Timothy Leary
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