Se nos fue David Carradine, el hombre que entretuvo a varias generaciones con su inolvidable personaje del monje shaolin Kwai Chang Caine, quien viajaba por las tierras del oeste de Estados Unidos acompañado de su talento en el arte del kung fu y su fuerza espiritual. Aunque fue la serie televisiva la que lo llevó a lo más alto de la popularidad, Carradine también transitó varios estudios de cine. Filmó con Ingmar Bergman El huevo de la serpiente, estuvo en El desafío del cóndor de Barry Brown, pero seguramente su papel en Kill Bill de Quentin Tarantino es lo primero que viene a la mente cuando pensamos en su carrera cinematográfica. Allí interpretó a Bill, un agente de asesinos a sueldo que intenta matar a su ex pareja, La Novia, interpretada por Uma Thurman. Ella se salva y jura no detenerse hasta ver muerto a Bill y sus secuaces.
Fue en la segunda entrega cuando todos nos enteramos que el hombre que había atormentado a la La Novia era nada más y nada menos que Carradine. Tarantino no quiso perderse la oportunidad de contar con el actor en su obra tributo a los filmes de artes marciales y samurai. La escena final de Bill y La novia es sencillamente genial. Ella cumple con su objetivo de venganza, y él cae, sabiendo que no podrá escaparle a la muerte. Uno de esos momentos del cine que hacen historia. Para volverlo a ver.
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