El director de “Salvador” y “Pelotón” Viene al país, donde estrena el jueves “Al sur de la frontera”, un documental basado en Hugo Chávez para el que también entrevistó a Cristina y Néstor Kirchner, Lula, Rafael Correa, Fernando Lugo y Evo Morales. Fascinado con la figura del presidente venezolano, dice que en los EE.UU. el pueblo no sabe nada por la manipulación que hace la prensa.
Por: Silvia MaestruttiOliver Stone está fascinado con Hugo Chávez. Después de entrevistarlo en Venezuela para su documental Al sur de la frontera , que se estrena el jueves, dice que es carismático y muy articulado para ser un soldado y que se nota que es sincero al decir que es un servidor del movimiento bolivariano y de su gente. Tan encantador es el presidente venezolano, cuenta Stone, que se ganó la simpatía de su mamá, Jacqueline, una señora de 88 años,”republicana y admiradora de George W. Bush”.
El director interrumpe la entrevista para ir a buscar una foto en la que se lo ve a Chávez y a su madre, sonriendo y casi mejilla contra mejilla, el año anterior durante el Festival de Cine de New York donde presentó el documental. “Es un hombre muy dulce, todos en esa fiesta lo amaron, no sólo mi mamá. Y me pareció brillante cuando habló del olor a azufre en la cumbre de las Naciones Unidas para referirse a Bush. Amo a Hugo. Creo que es un incomprendido y por eso quise hacer este documental”, aclara verborrágico.
Lo primero que se ve a en la recepción de su productora en Santa Mónica, es un colorido cuadro del Che Guevara. En las paredes de los pasillos se acumulan los posters de sus películas archiconocidas, Pelotón , Expreso de medianoche , Wall Street , JFK . “No voy a hacer la película de Pablo Escobar como se dijo, ya está, yo ya hice Scarface ”, dirá en un momento de la entrevista.
Su escritorio es gigante, lo suficientemente grande como para albergar a un hombre corpulento de más de un metro ochenta de estatura. A su derecha se mezclan uno de sus tres Oscar y un Buda. De Jade o cerámica, hay varios en su productora Ixtlan, bautizada así en referencia al libro Viaje a Ixtlan de Carlos Castaneda, admite. Sus objetos lo muestran como un hombre espiritual y también interesado en los movimientos sociales de Latinoamérica, lo que lo convierte en casi una excepción entre sus pares.
“Van a decir que soy un comunista”, se ríe mientras posa con una foto enmarcada de su viaje a Chiapas, donde se lo ve sentado junto al subcomandante Marcos. A los 63 años, se lo ve muy vital, lleno de energía. Y muy amable, si hasta se anima a probar un mate para las fotos, aunque no parece subyugado por nuestra yerba.
Ya hizo dos documentales sobre Fidel Castro y está a punto de a estrenar este otro sobre Chávez y el giro hacia la izquierda de varios países latinoamericanos que ha puesto tan nervioso a muchos de sus compatriotas. “Los americanos son miopes, ellos creen todo lo que les dice la prensa”, se queja. A pesar de su progresismo, no puede evitar nombrar a su país como si se tratara de todo el continente. Lo mismo le pasa con el fútbol, dice que a él le gusta más el “fútbol americano” que el nuestro, que en Estados Unidos es conocido como soccer .
“Nuestro fútbol tiene más estrategia, uno se reagrupa para pensar que va a hacer en la próxima jugada, ustedes en cambio corren todo el tiempo y no se ve dónde está la estrategia, aunque es una danza linda de mirar”, explica el director de la película Un domingo cualquiera , y pregunta por Maradona y si tenemos chances en el mundial. “Me gusta ver las finales, especialmente cuando hay mucho en juego y se quieren matar unos a otros. Me encantó ver a los franceses frente a los italianos. Ese fue un gran partido” .
Parece que le gustan los deportes violentos. ¿Verdad? Bueno, soy americano, a nosotros siempre nos gustaron las guerras (ironiza). Qué grande esa frase de Néstor Kirchner en el documental, cuando comenta que Bush le dijo que a nuestro país las guerras le convienen y que los demócratas están equivocados. Odio la violencia, pero me parece que está bien que uno se desahoge en una cancha y no en la vida real.
Chávez dice en el filme que la suya es una revolución pacifista pero armada. ¿Entiende esa contradicción? No creo que te gustaría ser un pacifista desarmado cuando tenés enemigos en todos lados. En Colombia, en Estados Unidos. Tenés que saber cómo defenderte, pero no creo que Venezuela haya pensado en la guerra. Los venezolanos tienen una historia de no agresión.
¿Cómo nació la idea de “Al sur de la frontera”? Nació gracias a Fernando Sulichin, el productor argentino que ha trabajado mucho conmigo y que está ayudándome con Secret History of America , una miniserie de 10 horas sobre los últimos 60 años de historia de mi país. Fernando fue de la idea de que yo entreviste a Castro. No soy un periodista, soy un realizador de cine, pero me gustan los documentales, creo que sé cómo hacer para que los entrevistados se distiendan. Y él había estado filmando mucho en Venezuela, tenía buen material y me intrigó.
En 2009 viajó a varios países, incluyendo la Argentina, para entrevistar a sus presidentes. ¿Qué recuerda de aquel viaje? Nos dimos cuenta que no era suficiente ir a sentarme a charlar con Chávez, que necesitaba otros testimonios para darle contexto a la historia. Y así fue como entrevistamos a los otros presidentes latinoamericanos. Rafael Correa, Lula, Cristina Kirchner, Evo Morales, Fernando Lugo. El viaje fue muy interesante. Me gustó contar una historia de cambio social que a mi país llega tan tergiversada por la prensa.
¿Pudo palpar el sentimiento antiyanqui en la región? No es tan grave como en la época de Nixon, cuando apedreaban los autos. Los yanquis nunca fueron populares. Han controlado completamente América Latina, la han usado como su patio trasero, explotaron las reservas a morir, todavía quieren controlarlo todo, a pesar de Hillary y de Obama. Sé que Obama tiene buenas intenciones, pero me dijo Hugo que le dio el libro Las venas abiertas de Galeano y Obama le dijo que nunca lo había leído.
¿Cómo que cree que va a recibir el documental la prensa de su país? Estoy preparado para la crítica. Me gusta ponerme del lado de los incomprendidos como Chávez y creo que son muy injustos con él. No saben de nada de lo que pasa de México para abajo. Me di cuenta cuando filmé Salvador . Jimmy Woods y yo recibimos nominaciones al Oscar, pero a nadie en mi país le importó mucho lo que pasaba con los escuadrones de la muerte. Y el documental Comandante no fue emitido por HBO. Me hicieron volver a Cuba a hacer otro, Looking for Fidel , donde me ordenaron que sea más duro y que le pregunte sobre los derechos humanos y la oposición. Sé que ahora me van a atacar.
¿Qué opina cuando lo llaman un director controversial? No me molesta. Siempre busco la verdad, con que algunos se enteren lo que está sucediendo en Latinoamérica para mí está bien. Me parece que nuestra misión como cineastas es despertar a los espectadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario