El jueves llega "La decisión más difícil", en donde encarna a una madre que tiene una hija que sufre leucemia. La actriz, que perdió a su padre el año pasado, dice que hacer el filme, basado en un caso real, fue una experiencia muy fuerte y dolorosa.
Por: Silvia Maestrutti
"La desición más difícil", protagonizada por Cameron Diaz, Abigail Breslin, Alec Baldwin y Joan Cusack."
La actriz lleva su pelo rubio más largo que de costumbre aunque en la pantalla se la ve brevemente calva. "Lo mío fue fácil, me pusieron una gorra para que pareciera pelada y ya está; la que se jugó fue Sofía, ella decidió afeitarse la cabeza y en ese momento tenía 15 años, una edad en la que estás construyendo tu identidad. Pobre, me dio lástima verla lagrimear cuando le pidieron que también se afeitara las cejas, pero ya estaba jugada, qué iba a hacer. A esa edad yo era modelo y no creo que me la hubiera bancado tan bien".
Por entonces, Cameron iba a la secundaria de Long Beach, cerca de Los Angeles, y recuerda particularmente que aunque ella y su hermana eran las únicas latinas de la escuela, tenía unos amigos argentinos e italianos que siempre la invitaban a visitar sus respectivos países. "Los recuerdo fantásticos, llenos de vida, desde entonces que quiero visitar la Argentina, pero hasta ahora sólo pude ir a Chile y a Perú. Ya voy a ir, es una de mis asignaturas pendientes", aclara sonriente. Está bronceada y cuando ríe se le forman unas arruguitas de expresión al lado de sus ojos y de su boca, fruto probablemente de una gran adicción por el sol. Californiana, adora surfear, escalar montañas, correr. Cualquier actividad que la mantenga por unas horas al aire libre.
Su papá, Emilio Diaz, un cubano americano de segunda generación que trabajaba en una petrolera, le contagió el gusto por los deportes, como al hijo varón que nunca tuvo. Emilio murió de neumonía en abril de 2008, cuando Cameron estaba en plena filmación de esta película y eso le agregó un toque de realidad al drama de ficción. "Extraño horrores su sentido del humor", admite Cameron. "En casa todos lo extrañamos un montón".
Lleva en la mano un termo azul que esconde un secreto bien guardado: agua de la canilla filtrada en su casa. Ecologista, vocera de la organización de ayuda del medio ambiente que fundó Al Gore, Cameron Diaz dice que le gusta predicar con el ejemplo. "No se trata de hacer grandes discursos, basta con hacer pequeñas diferencias, hoy es el no derroche del agua, mañana será algo mayor".
"Los jeans son como mi segunda piel, adoro el denim" aclara luego para explicar su look casual, compuesto de jean celestes y un top de seda blanco que le deja un hombro al descubierto. Cameron va a cumplir 37 años el 30 de agosto y dice que disfruta tener esa edad. "Hago mucho pilates y trato de mantenerme saludable con las comidas, me siento más joven en mis 30 que cuando estaba en los 20. Me cuido, pero no por vanidad sino por salud. Si ejercitás todos los días te sentís mejor y eso te da longevidad, no hay mejor fuente de la juventud que una buena de rutina de ejercicios diarios", aconseja.
¿Este rol dramático le abre la puerta a una nueva faceta en tu carrera?
No lo sé. Me encanta hacer comedias románticas y películas masivas comercialmente, como Shrek o Loco por Mary. No voy a desestimar a ese público, pero también me gusta explorar en otros géneros, aceptar desafíos menos comerciales, como el que me propuso Nick, que vaya a a saber por qué vio en mi a esa madre de treinta y pico. Yo hago películas para contar historias. Y cuanto más variadas, mejor.
¿La pérdida de tu padre te ayudó a componer el rol de esta mujer que tiene que lidiar con la muerte?
No sabría responder si me ayudó, sé que me impactó mucho. Fue repentino, producto de una gripe, a todos en la familia nos tomó de sorpresa. Diría que me preparó más la experiencia personal de Nick, que tiene una hija enferma y ha pasado días en la sala de terapia de un hospital. El nos explicó a Jason (Patric) y a mí cómo se siente un padre en esas condiciones. Y se me ocurre que es de una angustia y de una impotencia gigantescas. Pero además de las lágrimas, que hasta a mí me nacían en la película sólo de ver a las chicas actuar, también hay momentos de alegría. Es como la vida, no todo es drama.
¿Irías a Cuba a visitar tus raíces ahora que el presidente Obama levantó la restricción para viajar a la isla?
Me encantaría. No me queda familia ahí, al menos que yo sepa. Todos mis parientes viajaron hacia Florida y California hace ya mucho tiempo. Pero quién sabe, quizá quede alguno. Recuerdo mis veranos cuidando a mi abuela en la húmeda Florida. Los olores de esos platos llenos de grasa y sabores caribeños. Ella era muy cubana. Y yo la amaba.
¿Cómo fue ser madre en la pantalla? ¿Se te contagiaron las ganas?
Estoy acostumbrada a lidiar con chicos. Tengo tres sobrinas y un sobrino, estuve presente en tres nacimientos, sé cambiar pañales y dar el biberón. Pero no soy de hacer planes, las cosas se van dando naturalmente. No quiero decir que nunca los voy a tener, porque he dicho nunca en el pasado a cosas que luego emprendí. Por ahora no tengo pareja. Pero creo que si ha de ser, será. Es muy liberador aprender que hay cosas que no dependen de nosotros y que no podemos cambiar. Creo que tenés que vivir la vida en sus propios términos. Quizás he podido vivir la mía como lo he hecho porque no tengo hijos. Quién sabe.
¿Dirías que tu carrera tomó el rumbo que querías?
Siempre digo que no tengo expectativas con respecto a nada (se ríe). Mi filosofía es dejar que la vida me sorprenda. Y estoy muy agradecida, he sido bendecida en todos los aspectos, personal y profesional, ojalá siga siendo tan afortunada. Parece que voy a trabajar de nuevo con Tom (Cruise) en una comedia y que Paul McCartney se va a unir al elenco de Shrek para la cuarta entrega. El futuro suena muy prometedor.
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