miércoles, 24 de febrero de 2010

Mapas de la insatisfacción a través de "En el camino" de Jack Kerouac


La diseñadora británica Stephanie Posavec convirtió la obra de cumbre de Jack Kerouac en un organismo literario, haciendo de la novela un verdadero diagrama emocional.

Por: Raúl Minichela*

PAGINAS DE LA OBRA "En el mapa de la británica Stephanie Posavec.

Este es un texto que comienza por la imagen. Las ilustraciones que acompañan este artículo son páginas del proyecto On the map (en el mapa). Un trabajo de la británica Stephanie Posavec, que convierte la novela En el camino de Jack Kerouac en lo que la artista llama un organismo literario.Su resultado es fiel a la nueva representación gráfica, que hace uso de la iteración, y donde los elementos se ramifican siguiendo una lógica matemática. Piezas que florecen siguiendo registros estadísticos.

En el organismo principal, la novela está representada con una rama por capítulo, que se ramifica en párrafos, que a su vez se bifurcan en tantas líneas como frases, y que muestran en su punta una flor tan extensa como la longitud de la frase. Cada una de ellas tiene un color diferente según la temática: actividades ilegales y encuentros con la policía; fiestas, alcohol y drogas; trabajo y supervivencia... El resultado muestra de un vistazo el ritmo y la temática. Y nos da pistas de por qué la pieza se llama En el mapa.No hay que confundir los diagramas con los mapas.

En 1933 el diseñador Harry Beck creó el actual mapa del metro de Londres, que supuso un importante avance en la representación gráfica. Las representaciones hasta entonces eran fieles a la distancia real. Beck decidió que lo importante no era la distancia sino la secuencia, y propuso un plano, no topográfico, sino topológico. El plano fue un éxito y ha sido aplicado a subterráneos de todo el mundo. La clave de su éxito es la clave de todo mapa. El ingrediente esencial de los mapas es la señal usted está aquí, y esa cuestión no tiene sentido en el espacio que el metro recorre entre estaciones.

La novela En el camino fue simultáneamente la Biblia y el manifiesto de la norteamericana generación beat. El nombre beat evocaba la idea del derrotado (beaten down)y la del ritmo. El norte de la generación beat y el alma de la novela de Kerouac fueron la individualidad y el inconformismo, que en general se practicaban cogiendo el coche y marchándose bien lejos. Mientras escribo estas líneas, una marca de coches se anuncia en televisión recitando un fragmento de la novela desde el interior de un utilitario en marcha, lo que muestra que su espíritu sigue vivo. La generación beat es la primera en la que los coches son un producto de consumo: antes de la producción en cadena, un avión y un coche tenían precios muy similares. Los beat derrotados eran la oposición a los vencedores de la Victoria mundial, y su crisis de identidad se enfrentaba a unas normas establecidas pero poco concretas. Los norteamericanos definieron su perfil como el opuesto al comunismo. El comunismo estaba definido en las obras de Marx y Engels, pero el perfil americano nunca fue enunciado. Más acá del horizonte de prosperidad del sueño americano, todo era justificable como lo contrario de lo que hacía el rival.

La novela de Kerouac es el intento de descubrir el sentido por las bravas. Cuando no hay mapas, la solución se busca ejerciendo de polizón. El personaje principal de En el camino, por encima del narrador, es el travieso Dean Moriarty. Su identidad real, Neal Cassady, estuvo en el ojo del huracán en dos saltos generacionales. Fue el explorador de los Beats, y fue también el conductor del autobús de Ken Kesey (autor de Alguien voló sobre el nido del cuco) que inmortalizó Tom Wolfe en su monumental Ponche de ácido lisérgico. Estuvo en la generación que se rebeló ante el progreso utópico, y estuvo en la generación que, mediante química lisérgica, se rebeló contra la propia realidad. Los mitos de Cassady y de En el camino se mantienen porque aplicar hoy sus preceptos no es fácil. Los coches de entonces son los vuelos baratos de hoy, en los que entrar de polizón es impensable. La iluminación está copada por gurús de anuncio por palabras. La rebeldía está estandarizada en los anuncios de refrescos.

De este modo, el diagrama de Posavec es en realidad un mapa, que podemos aplicar sobre nosotros mismos. Reflejando sobre el papel el porcentaje de horas que pasamos en el coche, o tomando café, o en reuniones que no cuajan en ninguna decisión concreta.

El diagrama de nuestras vidas será, como el de En el camino, el diagrama de la insatisfacción. Y cubrirá la función esencial de los mapas. Usted está aquí.

© La Vanguardia

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