Víctor Manuel Fernandez: "La Iglesia tiene cada vez menos secretos"
Entrevista al Decano de la Facultad de Teología (UCA).
- La búsqueda de "errores" en los libros de Dan Brown se ha vuelto casi un subgénero. Muchos de estos estudios provienen del ámbito académico teológico. ¿Por qué "corregir" una obra de ficción?
- Las obras de ficción muchas veces se hacen eco de ciertas leyendas o relatos populares que pueden haber tenido cierto fundamento en hechos históricos. Por eso, muchas personas las leen con fruición, como si allí se confirmaran sus propias sospechas. Hay grupos religiosos que tienen una historia marcada por esas sospechas, que han pasado por un proceso sincero y valiente de transformación, pero no pueden sacarse ese lastre de encima. Entonces, un relato de ficción que despierta los viejos fantasmas les hace mucho daño. La solución no está en responderle al autor de la novela, con lo cual no se hace más que avivar las sospechas y quitarlas del ámbito de la ficción. Así, el resultado es: "Si reaccionan es porque algo hay". La solución está en exponerse más al diálogo, al debate, al encuentro con los diferentes. Por amor a la verdad, es bueno difundir los estudios serios que destruyen mitos, pero sin presentarlos como una polémica con un novelista.
- ¿A qué atribuye que haya tantas personas interesadas en consumir productos en los que "se revelan" los "misterios" de la Iglesia Católica? ¿Interesa más el "misterio" o su "revelación"?
- El secreto es visto como una forma de poder autoritario. Aun cuando el cura, en la misa, pronuncia unas pocas oraciones en voz baja, algunas personas se molestan: "¿Por qué tiene que tener esas cosas secretas sólo para él?". Por eso, todo lo que aparezca como una revelación de esos secretos es consumido con avidez, y es sentido como una suerte de democratización. Pero hay que reconocer que la Iglesia tiene cada vez menos secretos. Los estudios bíblicos son accesibles a cualquiera. Muchos laicos cursan carreras de teología y acceden incluso al doctorado y hasta los archivos secretos del Vaticano se van abriendo progresivamente. En este ámbito hubo un cambio inmenso.
- En la misa, al acabar la consagración, el sacerdote exclama: "¡Este es el misterio de nuestra fe!". ¿Mantener la fe supone mantener el misterio? Todo misterio, y por ende toda fe, ¿supone un secreto? Y entonces: ¿Qué secreto podría revelar una película concebida para ser mirada comiendo pochoclos?
- La palabra misterio en la teología católica tiene un sentido mucho más hondo que el de secreto. Es prácticamente sinónimo de sacramento, que significa "signo sensible de una realidad sobrenatural". Expresa que estamos ante un signo terreno, limitado; algo oscuro, precioso e inmenso que se manifiesta allí. Una persona que tiene fe, sabe que hay dimensiones profundas de esa fe que exceden lo que puedan indicar los datos, verdaderos o falsos, que aparecen en una novela o una película.
M. P.
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