La crisis se coló en los Emmy
La falta de sorpresa en la 61ª edición de los premios a la televisión tuvo que ver con tantos proyectos archivados por la economía tambaleante. Bryan Cranston y Glenn Close volvieron a consagrarse como actores dramáticos y Alec Baldwin como cómico.
Por Emanuel Respighi
La 61ª edición de los premios Emmy dejó en evidencia que la falta de sorpresa en los ganadores en las entregas de premios no es potestad de las ceremonias locales. Al igual que el año pasado, la comedia 30 Rock y el drama Mad Men volvieron a imponerse en las categorías más importantes del mayor premio de la TV estadounidense. En plan de repetición, Bryan Cranston y Glenn Close también reiteraron ser los actores principales más destacados en drama, por sus papeles en Breaking Bad y Damages, respectivamente. Por su parte, el genial Alec Baldwin volvió a conseguir la estatuilla como mejor actor de comedia, por 30 Rock. Otro ganador repetido fue el programa de noticias satírico The Daily Show, con Jon Stewart, que se llevó séptimo año consecutivo el galardón al mejor programa de variedades, mientras que The Amazing Race se impuso como mejor reality, también por séptima vez. Señales inequívocas de la crisis económica y creativa que en los últimos años atraviesa la industria de Hollywood.
30 Rock y Mad Men nuevamente lideraron la premiación, aunque esta vez el reparto de las estatuillas resultó ser un poco más variado que el año pasado en las categorías principales. La única de las favoritas que no repitió en la noche del domingo fue Tina Fey, coprotagonista y creadora de la comedia favorita de la Academia, que no retuvo la estatuilla como actriz en comedia. De todos modos, la actriz no se fue con las manos vacías: fue premiada como actriz invitada por su parodia de la ex candidata republicana a la vicepresidencia Sarah Palin en Saturday Night Live. “Gracias (a la NBC) por darnos tiempo de emisión, cuando somos mucho más caros que un talkshow”, bromeó Fey en su discurso de agradecimiento.
La grata “sorpresa” de la velada fue el reconocimiento a Toni Collete, que se impuso en la categoría como mejor actriz de comedia por su extraordinario trabajo en United States of Tara. La serie, en la que la actriz interpreta a una ama de casa que sufre un desorden de personalidad múltiple, cuyos alter egos (una adolescente salvaje, un veterano de guerra de Vietnam ordinario y una ama de casa perfecta) salen a la luz ante cada situación traumática que vive, en Argentina se podrá ver a partir de hoy, a las 22, por Fox. “Quiero dar las gracias a Steven Spielberg (productor ejecutivo de la serie) por dejarme ser parte de su imaginación, y a Diablo Cody (creadora del programa) por su originalidad”, señaló la australiana.
Como viene ocurriendo en los últimos años, la cadena de cable premium HBO sigue por la buena senda y en cada nueva edición de los Emmy consolida su potencia como productora de contenidos: fue la gran ganadora de la velada al llevarse 21 estatuillas (que podría sumar tres más si se cuentan las que obtuvo Mad Men, que aquí llega a través de HBO, pero en Estados Unidos se ve por AMC), superando a la NBC (16 premios), la ABC (11) y Fox (10). En un año signado por la escasez de novedades, el cable siguió marcando el ritmo de la ceremonia.
El ciclo más premiado de los Emmy fue Little Dorrit, una adaptación de la novela de Charles Dickens a cargo de la BBC británica, que se llevó siete estatuillas, entre ellas las de mejor miniserie, dirección (Dearbhla Walsh) y guión (Andrew Davis). Grey Gardens, por su parte, obtuvo seis Emmy, entre los que se destaca el que recibió como mejor película hecha para televisión.
En una ceremonia que duró menos de tres horas, el actor Neil Patrick Harris (protagonista de How I Met Your Mother, que en Latinoamérica emite Fox Life) mostró sus credenciales como presentador, llevando la gala con gracia pero sin caer en el bufón insoportable de otros anfitriones. El actor inauguró la ceremonia interpretando una canción humorística al compás de “Put Down the Remote”, que instaba a los televidentes a resistir la tentación de cambiar de canal o conectarse a Internet. Pero eso no fue todo. Más tarde, Harris interrumpió la entrega de premios con una parodia basada en su éxito de Internet “Dr. Horrible’s Singalong Blog”, bromeando con que la “televisión está muerta”. Sin embargo, ninguno de esos recursos pudo captar a la audiencia: los 12 millones de televidentes que marcó la ceremonia fueron un nuevo mínimo histórico para los Emmy.
Uno de los momentos más destacados de la entrega fue cuando Michael Emerson, el actor que interpreta a Ben Linus en Lost, recibió su Emmy como actor secundario en drama. “Hace cuatro años volé a Hawai para hacer un papel como invitado, y ahora me doy cuenta de que se trata del papel de mi vida”, dijo en el escenario, emocionado. A su vez, el otro de los programas más vistos de la TV mundial, 24, también se tuvo que conformar con llevarse únicamente el premio como actriz de reparto: fue para la actriz Cherry Jones, que en la última temporada de la serie compuso a la presidente Allison Taylor.
La media naranja de Charlie Sheen en Two and a half men, Jon Cryer, pudo quebrar su sequía y ganó como mejor actor de reparto en comedia en su cuarta nominación. “Antes pensaba que los galardones eran un signo superficial de popularidad pasajera, pero ahora entiendo que son la única medida para el auténtico valor de una persona”, bromeó al recibir su deseada estatuilla. La que no perdió oportunidad de pedir trabajo en la misma gala de los Emmy fue Kristin Chenoweth, que cuando subió al escenario a recibir su premio como mejor actriz de reparto en comedia por su trabajo en Pushing Daisies se disparó con un “estoy sin empleo, me gustaría un papel en Mad Men, y también me gustan The Office y 24”. Imágenes de una ceremonia a la que inevitablemente se le coló la crisis.
No hay comentarios:
Publicar un comentario