El dúo inglés está nominado al Oscar en el rubro Cortometraje animado: allí se las verá nada menos que con el Presto de Pixar, pero su película, oscura e irónica, parece señalar que los animadores tienen un largo camino por delante.
Por Jonathan Brown
Cuando la elite de Hollywood se reúna el domingo 22 en el Kodak Theatre de Los Angeles para celebrar otro año de brillantes logros en la industria del cine, las esperanzas inglesas en la gloria del Oscar estarán focalizadas en Kate Winslet, Stephen Daldry y Danny Boyle. Pero mirando un poco más allá en la lista de nominados, espiando desde detrás de los voluminosos trajes de gala de las damas presentes, estarán dos tranquilos animadores ingleses que echaron los dientes en videoclips pop y comerciales. Y que ahora se verán enfrentados a las maravillas del estudio Pixar de Disney, en la puja por uno de los últimos desafíos en la realización cinematográfica. Sentados en una mesa cercana al fondo del famoso auditorio estarán Adam Foulkes y Alan Smith, flanqueados por un par de llenadores de mesas en caso de que los llamen desde el escenario donde Hugh Jackman, estrella de X–Men, conducirá la glamorosa ceremonia anual.
El dúo se conoció en el Royal College of Art de Londres, donde se graduaron en 1966: estos pibes de Shoreditch, al este de Londres, están ahora al borde de la fama internacional, nominados por el Premio de la Academia en la categoría Cortometraje animado. Una categoría en la que triunfó cuatro veces el también inglés Nick Park. Antes de que puedan empezar a emular el logro del director de Wallace & Gromit, su creación de ocho minutos y medio This way up deberá medirse con Presto (en su momento presentada como corto previo a Wall-E), un delicioso homenaje a los días de gloria del cartoon slapstick, realizado por el veterano animador de Toy Story Doug Sweetland. Por contraste, los ingleses, cuyo trabajo ya pudo verse en películas como Lemony Snicket – Una serie de eventos desafortunados y Catch me if you can (de Steven Spielberg), cuenta la historia de dos enterradores y su lucha para transportar el cuerpo de una anciana a su destino final, enfrentando varios obstáculos en el camino que amenazan –aunque nunca concretan– afectar la dignidad de la fallecida.
Es como el David y Goliath de la animación. Fundada en 1979 por George Lucas –el creador de Star Wars–, Pixar fue adquirida por el fundador de Apple Steve Jobs. que vendió la firma a Disney por 7,2 billones de dólares. Sus éxitos incluyen a Ratatouille, Bichos, Buscando a Nemo, Monsters Inc., las dos Toy Story y Cars. Smith y Foulkes, entretanto, han estado haciendo lo suyo en los estudios de animación londinense Nexus, que ha formado todo un elenco de directores con reputación de llevar a cabo animaciones novedosas, de asombro. Varios grados más oscura que Pixar, This way up ya ha levantado una buena serie de prestigiosos premios alrededor del mundo. Integró la selección oficial del Sundance Film Festival, ganó el premio del público en el Ottawa Animation Festival y un galardón a la comedia en el London Short Film Festival, además de ser nombrada como la mejor del influyente Siggraph Asia. El inesperado logro de ser considerado como el “mejor film infantil” en el Uppsala International Short Film Festival de Suecia colaboró para que calificara al Oscar. “Nunca pensamos en ella como una película para chicos, pero gracias a ellos estamos en el Oscar –dijo Alan Smith–. Aunque también ganamos un premio en Palm Springs, donde todos tenían 85 años.”
Ganen o pierdan el 22, los dos animadores esperan que la experiencia los ayude a ingresar en el largometraje de animación. “Mientras estemos en Los Angeles, vamos a aprovechar la oportunidad para arreglar encuentros –dijo Smith–. Estamos planeando meternos en un formato más largo, viendo algunos guiones. No estamos realmente esperando ganar el Oscar: se trata simplemente de divertirnos un rato.” Aunque Foulkes y Smith se resisten a buscar comparaciones con Aardman Animations –el estudio que creó a los exitosísimos Wallace & Gromit–, en su trabajo hay una esencia británica similar. Aunque su primera influencia fue el renacimiento de la animación que se dio en los ’80, con la aparición de Channel Four y MTV. De hecho, This way up sólo pudo convertirse en realidad cuando en un festival de Portland (Oregon) llamó la atención de Mike Judge, creador de Beavis & Butt-Head.
Tras graduarse, el dúo trabajó en animaciones para el Pop Mart Tour de U2: Smith dice que el proceso estaba lejos de la hechicería CGI que desarrollaban los Pixar en el Silicon Valley californiano. “Nuestros primeros trabajos fueron de cut and paste en el film, escena a escena. No había efectos especiales”, dicen. Pero el advenimiento de softwares específicamente dedicados a la animación transformó la industria, y los entusiastas de dormitorio de pronto fueron capaces de emular el trabajo multimillonario de los estudios, con sólo respaldarse en su creatividad y habilidad. Desde entonces, Foulkes y Smith se fueron convirtiendo en los más buscados del negocio: crearon comerciales de Coca-Cola para el Super Bowl (el último que hicieron se verá en la final de hoy), y colaboraron con el gigante automotriz Honda. También pusieron una mano en la serie de dibujos animados Monkey Dust, en la que las increíbles excusas de Clive “Mentiroso” Pringle a su esposa –modeladas sobre los argumentos de El Señor de los Anillos, Dune y 24– ayudaron a convertir el personaje en un éxito.
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