sábado, 7 de febrero de 2009

Jiddu Krishnamurti



Jiddu Krishnamurti :
Jiddu Krishnamurti o J. Krishnamurti (11 de mayo, 1895–17 de febrero, 1986), fue un conocido escritor y orador en materia filosófica y espiritual. Sus principales temas incluían: el propósito de la meditación, relaciones humanas, la naturaleza de la mente, y como llevar a cabo un cambio positivo en la sociedad global.

Diálogo mantenido por Krishnamurti y dos amigos
el 15 de diciembre de 1970 en Nueva Delhi.
(Extraído del libro: "Tradición y Revolución" - Editorial
Edhasa)
P:
Uno de los problemas más vitales que ha preocupado al hombre
es la necesidad de poner freno al mal.
Ello aparece como si en ciertos períodos de la historia,
debido a diversas circunstancias, el mal hubiera dispuesto de
un campo más vasto en el cual operar. Las manifestaciones del
mal son tan amplias, los problemas del mal son tan complejos,
que el individuo no sabe cómo entendérselas con ellos. ¿Cuál
diría usted que es el modo de encarar el mal? ¿Existe una cosa
como el mal independiente del bien?
K:
Me pregunto qué es lo que usted quiere significar. Está el
arbusto con sus muchas espinas ... ¿llama usted a eso mal? ¿es
para usted el mal una serpiente venenosa? Ningún animal
salvaje es malo ... ni el tiburón ni el tigre. ¿Qué es
entonces lo que usted entiende con la palabra "mal"? ¿Algo
dañino? ¿algo que puede ocacionar una tremenda aflicción, un
gran sufrimiento? ¿Algo capaz de destruir o impedir la luz de
la comprensión? ¿Llamaría usted el mal a la guerra? ¿Diría
usted que los generales, los gobernantes, los almirantes son
el mal porque ayudan a producir guerras, destrucción?
P:
Podemos llamar el mal a aquello que deforma y destruye la
naturaleza de las cosas.
K:
El hombre es cruel. ¿Acaso él es el mal?
P:
Si está obstruyendo, sí a través de una intención maligna hace
que ciertas cosas se desvíen ...
K:
Me preguntaba simplemente qué significa esa palabra "mal".
¿qué significado tiene el mal para una mente dotada de
inteligencia, una mente que se da cuenta de todos los horrores
del mundo?
P:
El mal es aquello que degrada la conciencia, que trae
oscuridad.
K:
Eso lo hacen el miedo, el dolor, el sufrimiento. ¿Diría usted
que el mal es estimulado por el miedo? ¿Es el mal un medio
para fomentar el dolor? ¿El mal es el condicionamiento social
o ambiental que perpetúa las guerras? Todas estas cosas
limitan la conciencia y crean oscuridad y dolor. El mal,
conforme a la idea cristiana, es el demonio. ¿Tiene el hindú
alguna idea acerca del mal? Si es que la tiene, ¿Cuál sería?
Personalmente, yo nunca pienso en el mal.
¿Diría usted que en el florecer de la bondad el mal no existe
en absoluto, que tal estado no conoce el mal? ¿O el mal es un
invento de la mente que engendra el temor y crea el bien?
P:
¿Puedo decir algo? Si uno penetra profundamente en los
recónditos rincones de la mente humana, en la historia de la
humanidad, siempre ha existido el hechicero que trastorna las
leyes de la naturaleza, que provoca el miedo y trae la
oscuridad. Es éste uno de los más extraños elementos de la
mente humana. Es a causa de este terrible pavor a lo
desconocido ... esa oscuridad sin límites, sin fin ..., que
reina a lo largo de toda la historia del hombre, que éste ha
estado profiriendo, en busca de protección, un grito que
repercute a través de la conciencia humana. Esto es lo
desconocido, la innominada matriz del miedo. No basta con
sugerir que eso es el miedo. Es todo eso y más.
K:
¿Dice usted que muy profundamente en el hombre, en los lugares
más recónditos de la mente, existe el miedo a lo desconocido,
a algo que el hombre no puede alcanzar o inmaginar? ¿Qué
estando tan hondamente atemorizado, reclama la protección de
los dioses, y que a cualquier cosa que despierte ese peligro,
a cualquier insinuación de esa cosa oculta, él la llama el
mal?
P:
Esta oscuridad existe profundamente en la conciencia humana
todo el tiempo.
K:
¿Es el mal lo opuesto del bien, o es por completo
independiente del bien?
P:
Es independiente del bien.
K:
Usted dice que es independiente. Por lo tanto, ¿es el mal algo
que en sí mismo no tiene relación alguna con lo bello, con el
amor? Contra el mal, el hombre siempre ha buscado protección,
como lo haría contra un animal. Existe este oscuro peligro
oculto. El hombre es conciente de este peligro, tiene miedo y
mediante encantamientos, rituales, plegarias, tecétera, busca
ahuyentarlo y precaverse contra él. El arbusto que está tan
lleno de espinas se proteje contra el animal y el animal, como
no puede alcanzar las hojas, llamaría a eso el mal. ¿Existe
una fuerza semejante, una personificación semejante del mal
que esté por completo aparte del bien, de lo bello? Existe
toda esa idea de que el mal está combatiendo el bien. Este mal
se ve como personificado en la gente, y así el malo está
siempre luchando contra el bueno y el generoso. Yo pregunto,
¿es el mal algo por completo independiente del bien? Usted
debe ser muy cauto para no volverse superstisioso.
P:
El "temor a" es opuesto a la bondad. Pero los temores más
oscuros no lo son con respecto "a alguna cosa"
S:
No es sólo protección y temor, y el temor que envuelve el mal,
sino la protección con el fin de progresar.
P:
La exigencia de protección: los mantras como hechizos, los
mandalas como diagramas mágicos, y los mudras como gestos
mágicos, tenían como objeto proporcionar protección contra el
mal.
K:
Vea, cuando usted penetra profundamente dentro de la
conciencia, alcanza un punto donde lo desconocido aparece como
oscuro, y ahí usted se detiene porque está atemorizado. La
mente penetra hondo hasta un punto, y bajo ese punto está el
sentimiento del tenebroso vacío. Debido a la oscuridad, tiene
usted los rezos, los encantamientos, y por causa del temor a
la oscuridad usted clama por protección.
¿Puede la mente atravesar la oscuridad? Vale decir, ¿puede la
mente no experimentar temor? ¿Puede ella operar de tal modo
que la oscuridad se convierta en luz? ¿Puede usted penetrar la
oscuridad que tanto teme, y a la que ha designado como "el
mal"? ¿Puede usted penetrar eso tan completamente que la
oscuridad no exista? Entonces, ¿qué es el mal?
P:
Cuando se dibuja el ritual mandala, la entrada en el mandala
se hace por medio del hechizo y el mudra. En este penetrar
dentro de la oscuridad, ¿cuál es el hechizo que abrirá las
puertas?
K:
La conciencia como pensamiento se investiga a sí misma ... su
profundidad. Cuando penetra se encuentra con esta oscuridad.
Esta investigación no es un proceso del tiempo. Y usted
pregunta cuál es el hechizo o la energía que habrá de penetrar
hasta el fondo mismo de la oscuridad, cuál es esa energía y
cómo ha de surgir.
La misma energía que comenzó a investigar está aún ahí, más
fuerte, más vital a medida que avanza, que penetra. ¿Por qué
pregunta usted si hay necesidad de una energía mayor?
P:
Porque la energía se seca. Penetramos hasta un punto y no más
lejos.

K:
A causa del temor, de la aprensión por algo que no conocemos,
disipamos la energía en vez de concentrarla. Yo quiero
penetrar en mí mismo. Veo que el penetrar en mí mismo es un
movimiento igual al externo. Implica penetrar en el espacio.
Al penetrar en el espacio hay cierta exigencia de energía. Esa
energía debe estar libre de todo esfuerzo, de toda distorsión.
A medida que penetra, la energía va reuniendo impulso. Si no
tiene un desvío por el cual escapar, no hay distorsión. Se
vuelve más profunda, más amplia, más fuerte. Entonces uno
alcanza un punto donde está la oscuridad. ¿Y cómo penetra uno
esa oscuridad con esta tremenda energía? (Pausa)
P:
La primera cuestión con que empezamos era: cómo puede ponerse
freno al mal. Usted ha dicho que a medida que uno penetra en
el mar de la oscuridad, la oscuridad deja de existir; existe
la luz. Pero cuando el mal está en los seres humanos, en
ciertas situaciones, en ciertos acontecimientos, ¿hay alguna
acción que pueda contener, frenar este mal?
K:
Yo no lo pondría de ese modo. La resistencia al mal refuerza
el mal. Por eso, si la mente vive en la bondad, no hay
resistencia y el mal no puede alcanzarla. De modo que no hay
contención del mal.
P:
¿Entonces sólo hay bondad?
K:
Tenemos que retroceder a otra cosa -la mente ha penetrado en
la oscuridad y ha terminado con la oscuridad-. Pero ¿hay un
mal que sea independiente de todo eso? ¿O forma el mal parte
de la bondad?
Usted ve que en la naturaleza, el grande vive del pequeño, y
el más grande del grande. Yo no llamaría "mal" a eso. Está el
deliberado deseo de causar daño a otros; ¿es eso parte del
mal? Yo deseo lastimar a otro, ¿es eso parte del mal? Yo
quiero lastimarlo a usted porque usted me ha hecho algo, ¿es
eso el mal?
P:
Eso es parte del mal.
K:
Entonces eso implica voluntad. Usted lastima, y porque soy
orgulloso quiero vengarme. El deseo de venganza es una acción
de la voluntad. Sea voluntad de reaccionar o voluntad de hacer
el bien, ambas son el mal.
P:
Volviendo al mandala; el mal puede penetrar cuando las
entradas no están protegidas. Aquí, los ojos y los oídos son
las entradas.
K:
Usted dice entonces que cuando los ojos ven claramente, cuando
los oídos oyen claramente, el mal no puede entrar.
Retrocedamos: el propósito deliberado, el conjunto de
propósitos, el pensar sobre ello, todo lo cual constituye la
profunda intención de causar daño, es parte de la voluntad. Yo
pienso que es en eso donde radica el mal ... en el deliberado
acto de herir. Usted lastima , yo lo lastimo, pido disculpas y
ello se ha terminado. Pero si me aferro a ello, si lo retengo,
si lo fortalezco deliberadamente, si sigo un plan de acción
para latimarlo -lo cual es parte de la voluntad que el hombre
tiene de causar daño o de hacer el bien-, entonces eso es el
mal.
¿Hay pues un modo de vivir sin ejercitar la voluntad? En el
momento en que resisto, de un lado tiene que estar el mal y
del otro el bien, y ambos están relacionados entre sí. Cuando
no hay resistencia, no hay relación entre ambos. Y el amor es
entonces un espacio abierto, sin palabras, sin ninguna clase
de resistencia. El amor es la acción que surge de este vacío.
Tal como lo discutíamos ayer, cuando los elementos masculinos
se vuelven deliberadamente afirmativos, exigentes, posesivos,
dominantes, el hombre invita al mal.
De modo que donde está la astuta persecución del dominio -que
es la operación de la voluntad-, allí está el principio del
mal.
Contra ese mal tratemos de protegernos. Nosotros mismos
creamos el mal y sin embargo dibujamos un círculo, un diagrama
alrrededor del umbral de la casa para buscar protección contra
el mal, y en lo interno la serpiente del mal está operando.
Mantenga limpia su casa y olvide todos los mantras; nada podrá
herirlo. Pedimos protección a los dioses que nosotros hemos
creado. Es realmente algo bien fantástico.
Todas esta guerras, todos los odios raciales, los odios
acumulados que el hombre ha estado almacenando, eso debe
constituirse en una colección de odio, en un acopio de mal.
Los Hitlers, los Mussolinis, los Stalins, los campos de
concentración, los Atilas, todo eso debe acumularse, debe
tener cuerpo en alguna parte. Así también el sentimiento de:
"no mates, sé bondadoso, sé amable, sé compasivo", eso también
debe acumularse en alguna parte.
Cuando las personas tratan de protegerse contra uno de los dos
-el mal-, asimismo se están protegiendo contra el bien, porque
el hombre ha creado ambos. ¿Puede pues la mente, penetrar en
la oscuridad? En el mismo acto de penetrar en ella, la
oscuridad se disipa.

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