martes, 10 de febrero de 2009

La obra más famosa de Dalí se expone por primera vez en España

La persistencia de la memoria, el óleo más conocido de Salvador Dalí, que forma parte de la colección permanente del Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), podrá verse hasta el 18 de marzo en el Teatro-Museo Dalí de Figueras, el pueblo donde nació el genio surrealista. La obra salió de España en 1931 sin haber sido jamás exhibida públicamente en el país.

RELOJES BLANDOS. El periplo del óleo empezó en París en 1931, en la galería Pierre Colle, poco después de ser pintado. Luego, el galerista neoyorquino Julien Levy compró la obra y se la llevó a su país, donde se expuso en distintos museos de EE.UU. antes de llegar definitavemte al MoMA.Salvador Dalí pintó los famosos "relojes blandos", como se conoce popularmente a este óleo, en 1931, en plena época surrealista y en un momento de transición tanto a nivel personal como creativo.
El cuadro podrá verse por primera vez en España gracias a un acuerdo con el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York. Fue en 1931 cuando esta pintura salió de España sin haber sido expuesta públicamente. Hasta ahora.
Con el paso de los años, y gracias a la gran calidad técnica y sorprendente temática, el óleo "se ha convertido en una imagen familiar en nuestro imaginario que ha dejado huella en la historia del arte del siglo XX", explicó en un comunicado la Fundación Gala-Salvador Dalí, que selló la cesión con el museo neoyorquino .
Dalí pintó el cuadro con tan sólo 27 años, y consigue crear una de las obras más representativas de su estilo, una imagen llena de misterio y objeto de múltiples interpretaciones, a pesar de sus reducidas dimensiones, 24x33 cm.
En el óleo destaca el papel fundamental que desempeña el paisaje, en el que se pueden reconocer las rocas del Cabo de Creus y los colores del cielo y el mar mediterráneos. Los expertos sostienen que "con toda certeza el paisaje es Portlligat", con el que el pintor mantenía un fuerte vínculo, como con el resto del entorno, su región natal.
Uno de los relojes blandos cuelga de una rama de olivo; otro, también deformado, descansa sobre la figura amorfa que hay en el centro de la obra, mientras el último se apoya en el mueble situado en el ángulo izquierdo. En contraste, hay un cuarto reloj, rígido, cubierto de hormigas y colocado boca abajo. Todos marcan una hora distinta.
"Dalí insinúa así la relatividad del concepto de tiempo y una de las preocupaciones más artificiales y abstractas inventadas por el hombre: la angustia de controlar el tiempo", explicó la Fundación.
El genial pintor catalán "contrapone, con gran elegancia, la escena infinita del paisaje con objetos que nos recuerdan en cada momento la fugacidad de los instantes y de las cosas: todo es efímero y fugaz".
"Otra preocupación recurrente y obsesiva en Dalí es la inmortalidad, conseguir la permanencia y conquistar la eternidad sin el control ni la presencia del tiempo", concluyó.
El recorrido expositivo de los "relojes blandos" empezó en París en 1931, en la galería Pierre Colle, poco después de ser pintado, y luego, el galerista neoyorquino Julien Levy compró la obra y se la llevó a Nueva York, donde se expuso en distintos museos de Estados Unidos antes de formar parte de la colección permanente del MoMA.
El director del MoMA, Glenn Lowry, envió unas palabras con motivo de la presentación del cuadro, celebrada este viernes con la intervención de Antoni Pitxot, director del Teatro-Museo Dalí, y Montse Aguer, directora del Centro de Estudios Dalinianos.
"La persistencia de la memoria, de Salvador Dalí, es de las obras más conocidas y queridas del MoMA. Es por esta razón que sólo se cede en préstamo en muy contadas ocasiones. Estamos encantados de hacer posible que esta obra viaje por primera vez a la ciudad natal de Dalí, donde nunca antes se había expuesto", escribió.

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