sábado, 18 de julio de 2009

La era audiovisual de G. W. Bush

Una era, que toca a su fin, marcada por obras como Farenheit 9/11, de Michael Moore; Taxi to the Dark Side, de Alex Gibney, y Standard Operating Procedure, de Errol Morris, termina con la parodia del cómico Will Ferrell.

Por: Mike Ibañez

IMITADOR OFICIAL. Will Ferrel en una parodia de Saturday night live.




EN "TAXI TO THE DARK SIDE". su director Alex Gibney recupera testimonios espeluznantes como el del doctor Hebb, un crack histórico en el estudio de la tortura psicológica.


FARENHEIT 9/11. La película de Michael Moore en llevar la gestión de Bush al cine.


Si hay un cargo que otorga dimensión mediática es eso de ser Presidente del Mundo. Un ejemplo lo tenemos en Obama. Aún no lo era y la mediasfera ya andaba saturada de la Gran Esperanza Negra –que igual no es tan esperanza, léanse por ejemplo los artículos críticos de James Petras–. George W. Bush (aka Dubya, akaW) es hasta el momento el campeón del tema. Llega incluso a tener el honor de haber sido el primer presidente en activo asesinado en un documental (falso, claro): Death of A President de Gabriel Range.

Durante su mandato se producirá el hecho televisual más desaforado al que la Humanidad haya asistido, en tiempo real, todos a una: el megaloatentado #11/S/2001, la retransmisión global en directo con más share , rating y tal de la Historia de la Especie, y el espectáculo más apocalíptico que una pantalla de TV haya escupido. Los daños colaterales de tal hecho, Afganistán e Irak, propiciarán productos premiables. Una Palma de Oro de Cannes en 2004; un Oscar en 2008, y ese mismo año el gran premio del jurado en Berlín.

De tamaño palmarés podría jactarse Bush II. No directamente, claro, sino como el promotor último de los productos ante los que estos prestigiosos certámenes se han rendido. Farenheit 9/11 de Michael Moore, Taxi to the Dark Side de Alex Gibney y Standard Operating Procedure de Errol Morris son los tres filmes laureados. Sin la aparición catastrófica de Wen el panorama como presidente #43 de los USA difícilmente se hubieran generado esos tres documentales.

Y ahí está otro punto por el cual también jalearlo: Bush-2 como pieza notable en la definitiva transformación del documental. Uno de los méritos que se le atribuyen al gordo Moore es haber logrado que la gente pase por taquilla para ver un documental. Los productos de Gibney y Morris tienen una duración de largometraje y Standard Operating Procedure una dramaturgia similar a un film de ficción. Morris comentaba que su idea era "colocar a la audiencia en alguna clase de extraña realidad". Y realmente lo logra. ¿Podemos hablar de una falsa ficción?

En otros documentales se nos habla de dos plazas del Eje del Mal bushiano, Bagram y Abu Ghraib (el eje se completa con Guantánamo como auténtico laboratorio experimental). Tres centros de la infamia en la puerta de los cuales cabría colgar un cartelito con la advertencia que presidía la entrada del infierno de Dante: "quien cruce este umbral, abandone toda esperanza".

En Taxi to the dark side Gibney recupera testimonios espeluznantes como el del doctor Hebb, un crack histórico en el estudio de la tortura blanca (aislamiento sensorial, incomuniación, privación del sueño, etc.). Las tropelías cometidas en Bagram, Abu Ghraib o Guantánamo serían la exacerbación de las técnicas que Hebb y otros siniestros psicólogos crearon a petición de la CIA allá por los años 50, + el descontrol moral absoluto que reinaba en tales centros de detención.

En SOP , un testimonio del todo valioso lo presta Brent Pack, agente especial de la armada enviado a AbuGhraib para evaluar las aberraciones cometidas –y fotografiadas– por la soldada Lyndie England, su maromo y otros tarados. Pack explica que parte de su faena fue determinar qué cabronadas fotografiadas entraban en el terreno del delito y cuáles eran SOP , o sea procedimientos operativos standard para ablandar al prisionero.

Pack determina que el famoso encapuchado encima de una caja con cables en los dedos, u otro preso encadenado y con ropa interior en la cara, son simplemente SOPs, o sea, una cabronada pero amparada por un protocolo. Sadismo legal. Pero salgamos de ese infierno dantesco.

Este rush Bush se remata con otro ajuste de cuentas, pero más cachondo. La despediday cierre de la era bushiana es You're Welcome, America , o sea, De nada, América , el espectáculo con el que el cómico Will Ferrell despide en teatro -y en televisión- al presidente USA #43.

Ferrell, imitador oficial de Bush en Saturday Night Live , empieza a representar la obra en el Cort Theatre de Broadway el 20 de enero de 2009, justo el día en el que Obama jura el cargo. Semanas más tarde la HBO produce su versión TV, emitiéndola en I-Sat la semana pasada. El espectáculo es notable, Ferrell lo clava y aguanta el tipo la hora y media que dura el show, con un repaso a la vida de W, de su familiaode surepelente camarilla: Cheney, Rumsfeld, ouna Condolezza que se marca un baile erótico total ante un obnubilado

Bush –magistral la actriz Pia Glenn en el papel–. Pero aún siendo un buen show, la platea carcajea prácticamente cualquier frase o momento remotamente gracioso, está predispuesta, tiene unas ganas terribles de mofarse de Bush, y festejarán cualquier cosa que diga Ferrell. Por decirlo de una manera, el show es bueno pero no tanto por cómo lo ríen. Lo que no genera es simpatía por la humanización del personaje. Bush queda como lo que es, un palurdo integral, alguien al que aplicar uno de sus bushisms , esas frases y citas absurdas atribuidas a W: "Personas que son realmente muy raras acaban accediendo a cargos clave y tienen un impacto terrible en la Historia". You're Welcome America de la HBO es el cierre de la era Bush, tan catastrófica como intensa a la hora de provocar todo tipo de productos mediáticos apreciables.

De nada, Bush.

No hay comentarios: