martes, 28 de julio de 2009

RAY BRADBURY_HABLA

RAY BRADBURY VIAJA AL PASADO

Crónicas terrícolas

A los 88 años, Ray Bradbury es el escritor vivo más importante de la literatura fantástica (y no de ciencia ficción, según sus propias palabras) y probablemente el último de esa estirpe de escritores optimistas norteamericanos. Por eso, la edición de una selección de sus mejores crónicas terrestres que dan forma a una suerte de memoria disgregada pero muy personal, es un deleite para cualquier tipo de lector. Estos son apenas un puñado de fragmentos escogidos de entre decenas de temas que desgrana y anécdotas que recupera.

Sobre lo pasado, lo presente o lo por venir. Allí está todo dicho. El último verso del hipnótico poema de William Butler Yeats, “Navegando hacia Bizancio”. Describe la historia completa de la ciencia ficción, en unas pocas e increíbles palabras. Pues la historia y la ciencia ficción son inseparables. ¿Tonterías? No, la verdad de la humanidad.

Pues lo único en lo que los seres humanos han pensado alguna vez es en el futuro.

Ocultarse en cuevas, descubrir el fuego, construir ciudades –todos esos fueron esfuerzos de ciencia ficción–. Podemos ver la representación de futuros posibles garabateados en las paredes de las cuevas del sur de Francia, donde los primeros cuentos de ciencia ficción ilustraban cómo encontrar, matar y comerse a las bestias salvajes.

Los problemas a los que se enfrentaron los hombres primitivos debían ser resueltos. Ellos soñaron con respuestas a las atroces preguntas; ésa es la esencia de la ficción que deviene ciencia. Una vez que un sueño vivido se había vuelto realidad dentro de sus cabezas, ellos eran capaces de llevarlo a la acción. De modo que las criaturas de los viejos tiempos planearon para mañana y mañana y mañana. Lo que es verdad sobre ellos es verdad sobre nosotros. Nos preguntamos sobre mañana a la mañana, sobre mañana a la tarde, y sobre pasado mañana, para poder planear nuestras actividades escolares, bodas y carreras. Todo lo que hacemos, primero debemos imaginarlo.

El día que me mudé al siglo XXV

Yo miraba a mi alrededor, mi pequeño pueblo, Waukegan, en Illinois, y sentía una horrible carencia de algo.

Empecé a imaginar esas ciudades imposibles y a dibujar partes de ellas.

En octubre de 1929, en los diarios de Estados Unidos apareció, al comienzo de la Gran Depresión, Buck Rogers en el siglo XXV.

La conmoción que me provocó esa historieta por sí sola me metió de una sacudida en una nueva vida.

En esa historieta vi a Buck Rogers que sale tambaleándose de una cueva, en la que había dormido quinientos años en estado de hibernación, y ve a Wilma Deering que atraviesa el cielo como un relámpago, disparando una pistola-cohete. Al alzar la vista, Buck Rogers descubre que está en una nueva era.

Esa historieta, por sí sola, me transportó al futuro. Empecé a coleccionar las aventuras de Buck Rogers y nunca regresé de ese largo viaje hacia el mañana.

Luego fue la explosión de la Exposición Mundial de Chicago, en 1933. Yo caminaba atónito, atravesando ese mundo de fantásticos colores y formas, allí donde la ciudad del futuro estaba construida de verdad. Mis padres tenían que llevarme al tren a la rastra para mandarme de nuevo a Waukegan.

Luego descubrí la verdad más increíble: la gente que había construido la exposición la iba a tirar abajo dos años después.

¡Idiotas!, pensé. Cómo se puede ser tan estúpido de construir un futuro y luego, neciamente, destruir toda esa belleza.

A toda prisa, manoteé mi tabla de dibujo de níquel y empecé a delinear planos arquitectónicos de ciudades posibles y de edificios colosales y extravagantes de algún futuro renacimiento.

Simultáneamente, escribí continuaciones para las novelas de Edgar Rice Burroughs y pronto aprendí la verdad de las palabras del almirante Burd cuando partió al Polo Norte:

–Mi guía es Julio Verne.

1 comentario:

ulises dijo...

Gracias a tu entrada me entero que uno de mis escritores favoritos sigue vivito y coleando.
Todavía me acuerdo de "Crónicas marcianas""Farehnheit 451" y los de otros escritores que marcaron ese tipo de literatura "Un mundo feliz" de Aldous Huxley y "1984" de George Orwell.
Un saludo