El director norteamericano que ya filmó una película sobre Richard Nixon y otra sobre Fidel Castro, ahora posó sus ojos críticos en la figura del actual y saliente presidente de Estados Unidos. A una semana del estreno de W en su país, y a un mes de las elecciones, calificaba al líder republicano como un "payaso, loco, infantil controlador y dominador".
Por: Silvia Bizio
En la película, Josh Brolin (No es país para viejos) interpreta a George W. Bush, Elizabet Banks (Spider-Man 3 ), el de la primera dama Laura Bush, y Thandie Newton (Crash) es Condoleeza Rice. Richard Dreyfuss, en cambio, es el vicepresidente y viejo halcón, Dick Cheney, mientras que Jeffrey Wright hace las veces de Colin Powell y Scout Glenn, las del ex ministro de de defensa Donald Rumsfeld. James Cromwell tiene el difícil papel de interpretar a Bush padre y Elle Burstyn a la madre de George W., la también ex primera dama, Bárbara Bush.
La película retrata la independencia de George W, desde su época más lamentable, cunado era la oveja negra de la familia, hasta que se convirtió en un político con grandes ambiciones. La constante es el esfuerzo del ahora presidente estadounidense por salirse de la sombra de su padre y encontrar su propia voz. Después de pasar por su conversión religiosa al Born Again Christian, sus períodos como gobernador de Texas y su gran paso hacia la presidencia, la película culmina en 2003, con el ataque terrorista a las Torres Gemelas y la cruzada antiterrorista en Afganistán e Irak ya consumadas. Aunque evita la concentración económica de la familia Bush y sus relaciones con el petróleo, Stone, resalta en Los Ángeles y luego de la primera proyección para la prensa, que "era importante hacer ahora esta película".
-'Por qué?
-Porque es urgente, en el último año de Bush cambió la realidad de Estados Unidos, cambió el mundo. Nunca sentí tanta urgencia en mi vida. Algo semejante me pasó en la Guerra de Vietnam, pero entonces era joven y un poco inconsciente. El Watergate fue importante, pero esto de ahora es un asunto serio. Estamos luchando en tres guerras en este país: Afganistán, Irak y la guerra contra el terrorismo que muchos llaman "la guerra eterna". Tenemos una guerra contra las drogas, la pobreza y ahora también el contra el terrorismo. La política de Bush logró consolidarse, el que triunfe en las próximas elecciones deberá confrontar con ella y con la consecuente economía. La película intenta dar un sentido para entender cómo llegamos a este punto.
-'De qué manera?
-El plan para el nuevo siglo norteamericano que Cheney y Rumsfeld nos ponen delante de los ojos, esta idea suya de volver a crear un imperio y dominar el mundo entero sin permitir rivalidades económicas respecto al petróleo en todo el mundo: ¡es algo serio! Potencialmente nos deja en guerra con todo el mundo. Da miedo pensar que los neoconservadores, que lograron tomar el poder en 2000, cambiaron el mundo. La crisis financiera a la que estamos asistiendo en estos días tiene que ver orgánica y directamente con la política de agresividad propuesta por la administración Bush.
-'Sabe si Bush ya vio la película?
-No era mi intención hacerle daño a este hombre. Mi trabajo es entender, no librar batallas. La Casa Blanca ya se expresó negativamente, pero nadie admitió haber visto el filme, y la verdad no creo que lo miren. Yo le aconsejaría a Bush que lo viera. Me parece que Josh Brolin lo interpretó de una marea que lo hace más carismático y fascinante de lo que en verdad es, le hizo un verdadero cumplido.
-La película atribuye gran parte de los problemas de George Bush a su relación con el padre y ex presidente
-Son realidades bien documentadas. Bush padre en toda su vida mostró una desconfianza en relación a su hijo mayor. No sabía ni siquiera cómo mirarlo a los ojos, y en la película jugamos al respecto. El padre favoreció siempre, su segundo hijo, Jeb, y George jr. siente que no lo respeta. Es una posición dramática y el hijo expresa su deseo de ser más fuerte que el padre.
-'Ve a Bush como una figura trágica?
-De ninguna manera, porque dice siempre las mismas cosas. Siempre se sintió en derecho de tener poderes plenipotenciarios y exigir todo ello que se le ocurra. Nixon era una figura trágica, como Macbeth tenía dudas, paranoia. Bush es como John Wayne, un héroe de western, un loco que quiere bombardear todo. Y a la gente le gusta ver a John Wayne en la pantalla. Es un poco payaso, un bulo, con un ego enorme, un dominador, un controlador. Es alguien que busca siempre personalizar sus relaciones con el resto del mundo, algo que es muy infantil. Perdió definitivamente el contacto con nuestro tiempo.
-'Cómo fue dirigir a Brolin en la película?
-Josh afrontó su papel como un actor de teatro. Leyó el guión muchas veces, hizo muchas pruebas, nos hizo reír con sus improvisaciones, pero tenía que estar atento para no exagerar, porque Bush es muy visceral. Por ejemplo, en la película Josh come siempre porque Bush es así, tienen que tener siempre un sándwich a determinada hora, le gusta la mortadela Bologna, le gusta la comida norteamericana. Nunca salió mucho de ese país. En la escena del barbacue, cuando conoce a su futura mujer Laura, no hace otra cosa que comer. Es parte del personaje. Vive el momento, no piensa mucho, en su rancho, por lo que pudimos averiguar, se la pase cortando arbustos obsesivamente.
Stone Básico
Oliver Stone fue soldado en la guerra de Vietnam. La experiencia fue fundamental en su mirada sobre el la cúpula de poder estadounidense. Su filme de 1986, Platoon, reflejó sus experiencias como combatiente. Tras toda su obra confronta los mitos, sueños y pesadillas del país más poderoso del mundo. En Wall Street (1987) muestra la ambición cruda del mundo financiero de Manhattan; En The Doors (1991) retrata a Jim Morrison como un poeta/chaman maltito. En JFK (1991) sugiere que el asesinato de Kennedy fue una operación interna del mismo gobierno. Sus última película, World Trade Center (2006) entra en el corazón del episodio más traumático de los estados unidos, el 11 de Septiembre del 2001. Obras tan diversas como Alexander (2004) y Looking for Fidel (2004), un documental intimo sobre Fidel Castro, reflejan la obsesión de Stone con el líder mítico y meglomaniatico
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