lunes, 16 de marzo de 2009

El debate por la pena de muerte en Argentina

El debate por la pena de muerte en Argentina


Susana GimenezAsesinan decenas de personas por día en este país y los noticieros lo reflejan parcialmente a diario, aun así se paralizan demagógicamente cuando el florista de Susana Gimenez (en serio!) fallece producto de un asesinato muerte dudosa. Ella sale a hablar, convocada por cientos de preocupadísimos por su opinión, y dice que “el que mata tiene que morir” y que nos dejemos de joder con los derechos humanos.

A partir de ahi, como si fuera algo nuevo, se encendió el debate sobre la pena de muerte y las declaraciones de esta famosa . Los aun no se cansaron de preguntarle a cuanta persona se les cruzara qué opinaban al respecto. Fue asi que Sandro apoyó las declaraciones y -por ejemplo- Fernando Peña las criticó con un discurso progre de cotillón.

Es aqui donde me quiero detener: tenemos de ambos lados de la balanza discursos terriblemente mediocres para elaborar una opinión. De un lado una mujer que se hizo famosa haciendo la propaganda de un jabón, junto a un cantante pasado de moda, y del otro a un rebelde compulsivo que dice que “la gente no mata al pedo, la gente mata porque no tiene qué comer” enviándonos a todos a leer antes de hablar.

Fernando Peña¿Cómo alguien puede decir que la gente mata porque tiene hambre? Llegamos a un punto triste, de criminalizar la pobreza, cuando hay millones de humildes con hambre que salen a ganarse el pan todos los días o a buscar trabajo para ganárselo. Los que matan son asesinos, patear la pelota para la educación es empujar el debate al que viene después. La educación es EL PROBLEMA, y las generaciones formadas sobre este sistema educativo tienen carencias éticas e intelectuales terribles, nadie lo niega. ¿Vamos a fomentarlo con una ausencia legal para completar el combo? Claro, si las generaciones vienen asi y ya no se puede hacer nada.

¿Puede haber polos de discursos tan penosos? Personalmente no estoy a favor de la pena de muerte, ni de aumentar las penas porque -éticamente mal o bien- esto en un país como el nuestro son solamente herramientas de corrupción. Lo que necesitamos es menos progres de bar y más cumplimiento efectivo. ¿Para qué vamos a subir las penas? Hagamos cumplir las que tenemos ahora, después vemos si son suficientes.

Por este tipo de gente es que el país se divide ideológicamente en dos extremos radicalmente violentos. En montoneros y milicos, en zurdos y fachos, porque nadie puede parar la pelota un segundo y pensar que ambos extremos son sumamente nocivos para un desarrollo social pacífico y agradable.

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