miércoles, 18 de marzo de 2009

KERI RUSSELL: ENTREVISTA

Entrevista a Keri Russell

Mientras espera el estreno de Leaves of Grass, un film indie junto a Susan Sarandon y Edward Norton, laactriz vuelve de la mano de Adam Sandler a su primer trabajo: los estudios Disney

Keri Russell. Foto de Corbis.


Keri Russell, o la protagonista de Felicity. Esa parece ser la aposición obligada para explicar de quién estamos hablando. Después podemos agregar: "la que estuvo en Misión: Imposible III", o "ésa que hizo una película en la que cocinaba pasteles (Recetas de amor)". Pero la primera definición es la que vale, si no tenemos a mano una imagen como la que acompaña esta nota. Hoy, a más de diez años del primer capítulo de la serie que la hizo conocida en este hemisferio, Russell se entera de que esta marca registrada la acompañará siempre, aun en los lugares menos pensados: "No puedo creer que en la Argentina se me conozca por esta serie. Sin dudas, uno no es consciente de la magnitud que puede tener un éxito televisivo".

Con un look un tanto naïf, una belleza inobjetable y casi 33 años, la actriz nacida en California lleva más de la mitad de su vida delante de las cámaras. Y la factoría Disney parece haber tenido mucho que ver en su carrera presente y pasada. Veamos... Como pasó con Justin Timberlake, Britney Spears, Christina Aguilera y Ryan Gosling, el Mickey Mouse Club (MMC) fue el primer escalón en la carrera de Keri. A diferencia de los tres primeros, esta chica no tenía gran talento para cantar, pero sí demostraba tener habilidades para el baile y la actuación, herramientas suficientes para empezar a tallar su nombre en la gran industria. Claro que entonces, para aquella quinceañera, entrar en un estudio de televisión era lo más parecido a un juego. Dos temporadas como "mousequetera" la condujeron al lugar y el momento indicados. Primero, fue una participación en cine, y luego, algunas más en series de televisión; hasta que cayó en sus manos el protagónico de Felicity.

Emitida por primera vez el 29 de septiembre de 1998, la serie que le valió un Golden Globe hizo de su cara (impresa en todo tipo de merchandising) un rostro familiar en el mundo entero. Como consecuencia de tanta exposición, en mayo de 2002, con Felicity ya fuera del aire, Russell sentía la necesidad de parar un tiempo. Fue entonces cuando siguió los pasos de su personaje, Felicity Porter, y se instaló en Nueva York. "No lo hice antes por miedo a que me encasillaran en el papel. Es un personaje que amé profundamente, pero fueron tantos los años de ir de un estudio a otro que sentía que me había perdido muchas otras cosas que pertenecen a la vida real. Sentía que lo único que había hecho era trabajar. Yo soy una persona a la que le gusta estar un poco sola. No me hace feliz estar rodeada de mucha gente todo el tiempo. Y en Los Angeles todo gira en torno a la industria del entretenimiento; por lo tanto, es difícil desconectarse. Salís a dar una vuelta y te encontrás con medio mundo. El que no es productor es actor, director o guionista, o está tratando de colarse en Hollywood de alguna manera. Nueva York tiene una diversidad cultural que no encontrás en Los Angeles. Durante ese año sabático que me tomé, aproveché para leer, emborracharme, ir a bailar, caminar por la nieve. Fue un tiempo muy necesario, en el que recuperé una perspectiva diferente. Ahora tengo una vida fuera de lo que es el trabajo. Y además, creo que está bueno eso de que el público no te vea por un tiempo. Es bueno para ambos."

La fantasía de dejar la actuación for ever pronto dio lugar a la determinación de instalarse definitivamente en Brooklyn y participar de proyectos que, por una u otra razón, resultaran interesantes. "A menudo me preguntan acerca de mi interés por trabajar en cine independiente y por las diferencias que existen respecto de las grandes producciones. Claro que las diferencias existen. En el cine independiente todos trabajan mucho más duro, desde los actores hasta los técnicos, y se gana menos dinero, pero también las presiones son otras. Y ni que hablar de la satisfacción que sentís cuando ves la película terminada. Lo bueno de esta industria es que no tenés que dedicarte a hacer sólo una cosa. Por ejemplo, hice Misión: Imposible III, con Tom Cruise, y a la semana estaba filmando Recetas de amor, cuyo rodaje duró apenas veinte días. Me adapto a las circunstancias. Disfruto de la diversidad."

Pronto compartirá marquesina con Susan Sarandon y Edward Norton en Leaves of Grass, un film en tono de comedia escrito y dirigido por Tim Blake Nelson. Keri ensaya una sinopsis: "Ed actúa por partida doble y además la produce. Por un lado, da vida a un respetado profesor de Filosofía, y por otro, a su hermano gemelo, un cultivador de marihuana al que no ve desde hace mucho. Ellos son idénticos en su fisonomía, pero totalmente opuestos en sus personalidades. Cuando al profesor le informan que su hermano fue asesinado, se ve obligado a volver a su pueblo y reencontrarse con la familia. Pero resulta que cuando llega a su casa, nada de lo que le habían dicho era cierto y su hermano está vivo. Alguien le tendió una trampa... Habrá que ver por qué. Susan hace de la madre de los gemelos, y mi personaje es una joven que vive en ese pueblito y con quien Edward tendrá un romance... También está Richard Dreyfuss, en la piel de un traficante mafioso". Keri Russell y gran elenco, podría decirse.

Así, ella se mueve con fluidez entre films de distintos presupuestos, y hasta se animó a medir su talento y versatilidad en las tablas del off-Broadway con la reciente Fat Pig, una pieza teatral de Neil LaBute. Sin duda, la chica sabe lo que quiere y no se vale de escándalos para conseguirlo. Después de interpretar a la camarera embarazada de Recetas..., Keri dio a luz a su primer hijo, River. Meses más tarde, Adam Sandler la llamó para que trabajara en Cuentos que no son cuento, la comedia de aventuras de la cantera Disney que el mes pasado desembarcó en las carteleras locales. "Me pareció una muy buena combinación la de Adam con Disney, así que no lo dudé." Quince años después, la chica (ya no tan chica) volvió a los estudios de donde salió, con un film en el que tiene la posibilidad de explorar esa diversidad que tanto la seduce. Y eso sí que no es cuento.

Por Lorena Blazquez

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