domingo, 1 de marzo de 2009

NIETZSCHE: FRAGMENTOS POSTUMOS II

¿Por qué los Póstumos son clave?

Por: Sergio Sánchez. Prof. Univ. Nac. de Córdoba
Sigue siendo ineludible al re­ferirse a los escritos póstumos de Nietzsche, recordar su ac­cidentada fortuna editorial, ini­ciada ya en vida del filósofo, a la sombra de su demencia. De la ingente masa de escritos in­éditos (esbozos, planes de lec­tura, fragmentos, aforismos), el Archivo Nietzsche, creado y "gobernado" por la hermana del filósofo, Elisabeth, publicó una compilación bajo el título La voluntad de poder .

Esto se hizo sin atender al orden cronológico de la es­critura de Nietzsche ni a nin­gún aspecto filológicamente relevante, sólo agrupando los distintos textos según los temas comunes (y éstos, mu­chas veces, mal identificados). En algunos casos, la edición dividía aforismos destruyendo la continuidad con que habían sido concebidos; en otros fu­sionaba fragmentos original­mente separados, dando lugar a textos en los que se perdía u oscurecía drásticamente el sentido que tenían en los ma­nuscritos del filósofo.

Más aún: al compilarse indis­criminadamente el contenido de éstos sin un conocimien­to adecuado de su modo de trabajar, se incluyeron nume­rosos textos que, en realidad, no pertenecían a Nietzsche sino a lecturas que éste había transcrito o resumido para uso posterior. Así, textos de Bau­delaire, Mill, Tolstoi, etc. pasa­ron a formar parte de la obra de Nietzsche , y La voluntad de poder , que jamás escribió como tal, fue promovida por el Archivo y acogida en todas partes como "la obra principal" del filósofo. Unos pocos, como Martin Heidegger, expresaron entonces sus reservas sobre el engendro editorial.

Todavía hoy no faltan quienes la citan desconociendo su gé­nesis fraudulenta. Recién en los 60, el extraordinario traba­jo de Mazzino Montinari puso fin –si no a ediciones salva­jes– al menos sí a las tergiver­saciones del legado póstumo. La Edición Colli-Montinari de la obra de Nietzsche ofreció por primera vez el conjunto de los Póstumos en la forma y el orden cronológico de su escri­tura, con abundante aparato de notas, en lo que constituye un modelo ejemplar de edición crítica.

Sólo entonces fue posible una lectura como la que el filósofo requirió en más de una oca­sión ("un lector [...] que me lea como los buenos filólogos de antaño leían su Horacio"): histórica y no "actualizante", fi­lológica y no ideológica.

La importancia de los Póstu­mos radica en que permiten ingresar en el laboratorio de Nietzsche y apreciar su pecu­liar modo de trabajar: contra el mito (forjado en parte por él mismo) del filósofo-genio que saca sus ideas de su solo mechinal, estos textos revelan el vasto mundo de lecturas y el intenso intercambio y con­frontación crítica que mantie­ne a lo largo de toda su vida lúcida con las más diversas expresiones de la cultura de su época.

Valorados en su relación di­námica con el contexto y las obras publicadas, los Póstu­mos se revelan como "el dia­rio de una intensa vida intelec­tual en su devenir" (según la definición que da el especia­lista Giuliano Campioni). Una cantera preciosa, en la que es posible identificar el surgir de ideas originales y, sobre to­do, verificar el carácter esen­cialmente inacabado de este pensamiento, que no resuelve sus tensiones en dogma o sis­tema.

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