Publican cartas dramáticas e inéditas de Julio Cortázar y su última esposa
En ellas hablan de la leucemia del escritor argentino y revelan circunstancias desconocidas sobre la muerte de Carol Dunlop, según publica el diario El País de Madrid.
Casi 12 euros. Eso es lo que deberán pagar quienes quieran entrar en el mundo íntimo de Julio Cortázar y su última esposa, Carol Dunlop. La editorial española Alpha Decay publicará la semana que viene en Europa un libro con una serie de cartas y tarjetas postales inéditas del escritor argentino.
A lo largo de 19 misivas se puede reconstruir una parte de las relaciones del autor de Rayuela, con su segunda esposa y fotógrafa - Dunlop- y con la amiga de ambos Silvia Monrós-Stojakovic. Ella era además, la traductora al serbo-croata de las obras de Cortázar.
Entrelazadas, las cartas de la pareja recuerdan a su Los autonautas de la cosmopista, libro que escribieron en conjunto y que recogía un viaje de París a Marsella en una furgoneta. "Un viaje de tortugas", como lo describieron.
Ahora, la editorial invita a un nuevo viaje a través de estas cartas, de las más tristes a las que se haya animado el argentino. Con un nombre simple pero inconfundible, Correspondencia. Julio Cortázar, Carol Dunlop, Silvia Monrós-Stojakovic, reúne nueve cartas del escritor más otras 10 de estas dos importantes mujeres de su vida.
Fechadas a comienzos de los años 80, las cartas de Dunlop revelan su angustia y preocupación luego de que a su esposo le diagnosticaran leucemia. "Las palabras son crudas, brutales, no dan por un lado lo específico de una situación, pero sí son ciertas; lo específico también está condicionado por ellas. Hace casi un año que sé, y soy la única en saberlo fuera de los médicos, que Julio tiene una leucemia crónica. Él no lo sabe, no lo tiene que saber, porque siendo como es, su mejor esperanza de vivir más y bien es no saberlo", escribe.
Las cartas se presentan como un verdadero relato auténtico, de final triste y dramático, cuando el autor de Historias de cronopios y de famas le anuncia a Monrós, su amiga residente en Belgrado, la muerte de su esposa Carol, 30 años más joven que él.
"Silvia, recibo hoy tu postal de Túnez. Lo que tengo que decirte es horrible: Carol murió el 2 de este mes (noviembre de 1982), después de dos meses en el hospital donde nada pudieron hacer para salvarla", escribe -hundido- a la traductora. "Estoy en un pozo negro y sin fondo. Pero no pienses en mí, piensa en ella, luminosa y tan querida, y guárdala en tu corazón".
El dolor no se detiene allí. Cortázar se siente enfermo y harto de su cuerpo. Entonces, confiesa: "No tengo planes y sólo pienso en terminar el libro que hicimos juntos Carol y yo, y que tengo que completar yo solo ahora. Se lo debo, quiero que salga, en este momento es mi única manera de seguir junto a ella, hablándole y escuchándola", dice aún profundamente enamorado. Inmerso en la angustia, le confiesa a su amiga: "Silvia, no te escribiré más por hoy, me cuesta hacerlo, estoy tan solo y tan deshabitado".
Dos años después de la muerte de su gran amor, Cortázar murió de leucemia. Tenía 69 años y había estado diez días internado en el Hospital Saint Lazare.
La editorial decidió conservar los errores lingüísticos tanto de Dunlop como de Monrós, que se esforzaban por expresarse lo mejor posible en castellano, logrando una prosa peculiar que refleja una constante a lo largo de las epístolas: el viaje, el recorrido, ese seguir a pesar de todo. Así y de primera mano, las cartas ponen a la luz circunstancias biográficas inéditas. Y se convierten en un testimonio único de una profunda historia de amor, y de amistad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario