jueves, 9 de abril de 2009

SELMA BLAIR, LA CHICA QUE SE CONVIRTIO EN SEX SYMBOL NERD


SELMA BLAIR, LA CHICA QUE SE CONVIRTIO EN SEX SYMBOL NERD SIN SER ANTES UNA ESTRELLA, AHORA VUELVE CON HELLBOY II Y UNA SITCOM NUEVA

Linda Blair

Por Mariano Kairuz (nota de Octubre 2008)

La primera vez que le prestamos atención, hacía de la mosquita muerta que terminaba por volverse incandescente; ahora interpreta a la chica capaz de prenderse y prenderle fuego a todo y a todos, pero que lo único que anhela de verdad es ser una madre de familia perfectamente normal. De aquel fuego a esta chispa: ése es, más o menos, el “arco” de la carrera como actriz, hasta ahora, de Selma Blair. Aquel primer encuentro fue en Juegos sexuales (1999), versión adolescente de Las relaciones peligrosas; Selma (Michigan, 1972), que ya tenía unos 26 años, pero parecía mucho menor, interpretaba a la adolescente que terminaba rendida a los planes maquiavélicos de Sarah Michelle Gellar, una improbable Marquesa De Merteuil para la Nueva York de fines del siglo XX. Con ella se besaban en una escena que no era, claro, lo de Neve Campbell y Denise Richards en Criaturas salvajes, pero que alcanzó para generarles a Sarah y Selma un pequeño culto de seguidores entre la cinefilia pajera del mundo. La versión más nueva de Selma es su segunda vuelta como Liz Sherman, la novia del superhéroe-monstruo en Hellboy II. El ejército dorado; chica paranormal con poderes pirómanos que descubre que está embarazada justo cuando sus permanentes disputas conyugales –con el diablito interpretado por Ron Perlman– empiezan a sofocarla.

Y habrá sido esa tensión entre la chica corriente y la chica ardiente, esa especie de languidez con raptos de emoción que arrastra en cada personaje, la que –inspirando cierto morbo, algo así como la fantasía de “inocencia” corrompida de la que se alimentaba Juegos sexuales– hizo de Selma Blair una sex symbol sin haber sido jamás una estrella. Protagonizó la escena más comentada –el abusivo encuentro entre alumna y profesor– de Storytelling, de Todd Solondz; un poco después fue la atolondrada-graciosa de La cosa más dulce, esa olvidable comedia de chicas solteras con Cameron Diaz y Christina Applegate, donde le tocaba el chiste del final (quedaba “abotonada” en público, con una pija dentro de su mandíbula trabada). Un par de años más tarde fue convocada por John Waters para hacer de Ursula “Ubres”, la chica de tranquila familia suburbana transformada en la sensación del pueblo gracias a sus tetas descomunales, en Adictos al sexo. Justo a ella, que se autodefinió como “la chica más chata de Hollywood”.

El jueves que viene, mientras acá se estrena la visualmente deslumbrante Hellboy II, en Estados Unidos debuta la serie de televisión que podría cambiar la carrera de Selma: una sitcom llamada Kath & Kim, remake de un gran éxito australiano que por el intraducible localismo de su original amenaza con perderse en el camino, pero que al menos como propuesta suena tentadora: Selma haciendo de la hija algo demente de Molly Shannon, una de las actrices más graciosas del Saturday Night Live de los ‘90. Es decir, Selma 2008 es Selma muñequito de acción –para que los fans más nerds de Hellboy la abracen en sus sueños– y, además, Selma comediante. Y, como siempre, Selma la del beso con Sarah Michelle: cuando, un par de meses atrás, fue entrevistada por la edición norteamericana de Playboy, la hicieron volver, por supuesto, a aquella escena de Juegos sexuales. Y ella, lejos de molestarse, recordó que ya se dio un par de besos más en pantalla con chicas –en un par de películas no estrenadas por acá– y habló de la antología de relatos eróticos de la que participó con un cuento propio acerca de una mujer que fantasea con otra, “joven y hermosa”, a la que ve una vez por casualidad. “Fue un encargo. La consigna era que fuera un cuento erótico y, como no tengo un solo hueso erótico en mi cuerpo, me dije: ‘Vamos con el tema de chica-conoce-chica’”. Y el que quiera, que le crea; y el que no, que se prenda fuego.

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